El 5 de Yiar del 5768, se cumplirán 60 años de la creación del Estado de Israel. 60 años de la concreción del anhelo sionista de ser un pueblo soberano en Eretz Israel.

Semejante conmemoración va a ser festejada no sólo en Israel, sino que también, en cada rincón del mundo donde exista vida judía. Como educadores, es nuestra misión volver a realizarnos la pregunta sobre cómo lograr que nuestros janijim y talmidim sean partícipes de la fiesta y no se sientan meros invitados.

El Estado de Israel es un logro del pueblo judío en su conjunto. Pero todo logro encierra en sí mismo un nuevo reto. El estado judío no sólo debe continuar con su misión de ser el centro espiritual de las diásporas a las cuales ilumina día tras día, sino que, además, en su continuo accionar, debe enfrentar el desafío de seguir siendo una sociedad democrática y pluralista frente a los conflictos que la acechan, basando su identidad en los valores de respeto y tolerancia.

Israel, con sólo 60 años, aún se encuentra en formación. El proceso de construcción constante no se limita a sus tierras. Se construye en relación constante con las Kehilot del mundo. La consolidación del proyecto colectivo del pueblo judío refleja la responsabilidad recíproca de un pueblo que, más allá de mantenerse disperso por más de 2000 años, nunca perdió la unidad.

La responsabilidad mutua, viendo en ésta una manera activa de relacionarnos entre nosotros, con nuestros vecinos y con todos los otros existentes, se torna una premisa fundamental para lograr una vida judía plena. Estos valores se plasman en la idea de Ahavat Israel.

De esta manera, el festejo de 60 años de autodeterminación, nos compromete a ser parte en la construcción del proyecto colectivo de nuestro pueblo. Así pues, mediante la renovación constante del estado judío, vivir en una revolución permanente que nos lleve a mantener siempre vigente nuestro Ahavat Israel.